No es habitual que echemos un vistazo a nuestro propio interior, pero en este caso es necesario hacerlo para conocer nuestros puntos débiles y fuertes, y así tener una mejor perspectiva de hacia dónde debemos orientar nuestro proyecto. El máximo rendimiento se obtiene cuando sacamos partido de nuestras virtudes y logramos que nuestros defectos pasen desapercibidos.
Debilidades
Debilidades
- La inexperiencia y el desconocimiento del mundo empresarial, algo común en un debutante.
- Carecer de contactos influyentes, dígase "enchufes", para colocar el producto con mayor facilidad y recibir apoyo en caso necesario.
- En el terreno más personal, me considero una persona que a veces peca de perfeccionista, y que cuando se implica en algo se puede obsesionar con tenerlo todo bajo control, intentando asumir todas las responsabilidades en vez de delegar en los demás, lo cual puede ser perjudicial a la hora de dirigir una empresa. Este "mal vicio" me viene de mis tareas como gerente de un club deportivo.
Fortalezas
- Soy una persona muy competitiva, a la que la tan manida frase de "lo importante no es ganar, sino participar" le suena a excusa de perdedores. Me cabrea perder, sea un partido oficial de waterpolo o una pachanga de fútbol con los colegas. En los estudios me ocurre algo parecido, no me conformo con sacar un 9 si sé que soy capaz de sacar un 10, aunque sé que tengo mis limitaciones y que a veces alcanzar el 5 es todo un triunfo. Por lo tanto, mi proyecto de empresa sólo tiene un objetivo: ser el mejor.
- En relación al tercer punto de las Debilidades, el hecho de ser una persona perfeccionista también tiene sus aspectos positivos. Me siento cómodo asumiendo responsabilidades, siempre que no desborden mis capacidades. Tengo ciertas dotes de mando o de liderazgo (por poner un ejemplo, soy el capitán de mi equipo), y aptitud para la gestión. No se trata de iniciativa, no me veo sobrado de ella, más bien soy la típica persona a la que sus compañeros “le nombran voluntario" porque creen que es el más indicado para asumir la responsabilidad de una tarea.
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